Asfaq Masih, de 34 años, fue denunciado y acusado falsamente de blasfemia el pasado 11 de julio en Pakistán. Ante la acusaciòn
Asfaq Masih, de 34 años, fue denunciado y acusado falsamente de blasfemia el pasado 11 de julio en Pakistán. Ante la acusación por parte de su vecino negociante, el Tribunal de Primera Instancia ha condenado al jóven cristiano a una muerte fija.
Según el Centro de Asistencia Legal, Asistencia y Asentamiento (CLAAS), una organización que trabaja para los cristianos perseguidos en el país, el lunes pasado, Ashfaq Masih, fue condenado a muerte. En su defensa, el joven se declaró inocente de los cargos, calificando de “infundados, falsos y frívolos”.
Ashfaq, propietario de un taller de reparación de bicicletas en Lahore, relató que las falsas acusaciones de blasfemia comenzaron cuando un cliente musulmán se negó a pagarle un servicio. “El hombre se negó a pagar mis servicios y dijo: ‘Soy un seguidor de Peer Fakhir (un asceta musulmán) y no me pida dinero’. Le dije que soy creyente en Jesucristo y no creo en Peer Fakhir y que por favor pague por mi trabajo”, dijo el cristiano.
Poco después, el cliente musulmán le contó el incidente al competidor de Ashfaq, un propietario de un taller de reparación de bicicletas llamado Muhammad Naveed, quien acusó al cristiano de blasfemia, presentando una denuncia policial. “Naveed abrió una tienda frente a mí y estaba celoso porque mi negocio iba bien y tenía buena reputación en la zona. Y me amenazó con terribles consecuencias”.
Según el código penal de Pakistán, profanar el nombre del profeta del Islam conlleva una pena de muerte preceptiva. Ashfaq Masih declaró que no violó la ley. “No he pronunciado ninguna palabra despectiva contra el Profeta Muhammad, ni puedo pensar en ello. Respeto al Profeta Muhammad con mi corazón y mi alma”, dijo.
Según CLASS, Ashfaq fue enviado a prisión en Lahore. Pakistán es uno de los países islámicos más grandes del mundo, con un 96 % de musulmanes y solo un 2 % de cristianos. La nación está en la Lista Mundial de Persecución de Puertas Abiertas y se encuentra entre los 10 países que más persiguen y maltratan a los cristianos en el mundo.