Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo de ellos, porque Jehová tu Dios es el que va contigo; no te dejará, ni te desamparará. Deuteronomio 31.6. Moisés exhortó al pueblo a no desanimarse. El nuevo líder necesitaría el apoyo del pueblo y el pueblo necesitaría aprender a confiar en el nuevo líder.
El pueblo tenía que ser fuerte y valiente (v. 6). El mismo Dios quien en el pasado había dado la victoria a Israel prometía estar con ellos una vez más. Moisés exhortó a Josué con las mismas palabras que había exhortado al pueblo: i ¡Esfuérzate y sé valientei !
Esta exhortación sirvió para afirmar públicamente a Josué como el líder de la nación y para declarar que Jehová estaría tanto con el pueblo así como con Josué después de la muerte de Moisés. Más tarde, después de la muerte de Moisés, en vísperas de cruzar el río, Jehová comisionó a Josué con estas mismas palabras (Jos 1:6-7, Jos 1:9).
Esta exhortación de Moisés sirvió como un reto a Josué y a la nueva generación de israelitas a confiar en la fidelidad de Jehová. Por años Moisés había sido el líder supremo de Israel. El pueblo había aprendido a depender de él para la mediación de la palabra de Dios.
La nueva generación de israelitas tenía que aprender a confiar en Josué así como habían confiado en Moisés. Junto con Josué, el nuevo Israel se preparaba para cruzar el Jordán y recibir de las manos de Jehová la herencia que él había prometido a los patriarcas.